La conductora del vehículo, en plena sesión de masturbación, había olvidado de desconectar su micrófono. De golpe, por medio de la megafonía, los viajantes pudieron asistir en directo al orgasmo de la maquinista. Tratándose de un momento de gracias y risas. Nadie podía creer lo que estaba escuchando.
El minuto y medio de sesión, pudo ser compartida gracias a un pasajero que tubo la incidencia (el granuja) de grabar el instante y colgarlo en uno de los sitios más famosos de intercambio de videos, Youtube.
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